elemento

La vida como holograma


Los hologramas hoy en día son bastante populares. Se trata de imágenes en tres dimensiones obtenidas a través del uso de rayos laser. Si uno ha ido a un museo de holografía es espectacular lo que ahí puede verse ya que los cuadros parecen tridimensionales, como si se salieran de la tela. Pero hay dos características de los hologramas que nos son ahora de soporte para lo que queremos expresar y aplicar a nuestras vidas.


La primera característica de los hologramas es que si tenemos una imagen holográfica y partimos la misma por la mitad no tenemos dos partes del total, sino dos partes con la totalidad de la imagen. Por ejemplo si le hacen a usted una foto de todo su cuerpo y la rompen por la mitad resulta que usted lo que verá será un trozo en el que se ve de cintura para arriba y otro en el que se ve de cintura para abajo. Pues bien, si en lugar de ser una foto es un holograma lo que se verá serán dos pedazos en los que todo su cuerpo estará entero (para ello el holograma debe tener un cierto tamaño pues de lo contrario no podrá verlo con la vista) Veámoslo graficamente comparando el efecto de romper en dos una foto y hacerlo con un holograma:


Aqui tenemos la foto entera




Ahora la foto partida por la mitad -->


Ahora veamos el caso de romper en dos un holograma:




Ahora el holograma partido por la mitad -->


Físicamente eso es bastante complejo de explicar y cuando se comprueba parece mágico, pero los hologramas tienen la propiedad que cada punto contiene la información de todo. Pues eso nos sucede también a nosotros en nuestro cuerpo o mejor dicho en nuestro ser, entendiendo por este último concepto algo más que el cuerpo físico. Gracias a que cada punto de nuestro cuerpo contiene la información de todo la reflexología es capaz a través del pie de afectar a cualquier órgano. Igualmente se basa en ese principio el diagnostico médico a través de analizar la pupila del ojo, y también se aplica este principio para los tratamientos de acupuntura que trabajan el lóbulo de la oreja. Todo ello nos permite afirmar que en nosotros todo, todo, todo, está conectado y en consecuencia existe una influencia recíproca a nivel global.


A menudo cuando tenemos un problema nos intentamos centrar en este y si nos resulta difícil superarlo luchamos o abandonamos sin darnos cuenta que hay otros caminos más fáciles para obtener el cambio de circunstancias.


Por ejemplo, a menudo queremos cambiar algo en nosotros pero nos parece esa una tarea imposible. Estamos hartos de vivir ciertas circunstancias pero parece como si la vida nos impone las mismas, y en consecuencia no disfrutamos de la cosas, pues no somos o estamos donde quisiéramos estar o como quisiéramos ser. Vayamos con ejemplos prácticos.


Supongamos una persona anclada en la rutina. Los días transcurren de la misma manera, las relaciones son las mismas de siempre y todo presenta una monotonía cansina. Sin duda esa persona precisa cambios, abrirse a nuevas cosas, experiencias, relaciones, amistades y vivencias. Pero claro eso es muy fácil de decir y mucho más difícil de hacer. Para ello hace falta un valor que no siempre se posee y las circunstancias del día a día nos anclan en esa situación. Se sueña con que la vida nos ponga en otra tesitura sin darnos cuenta que todo lo que vivimos es producto de nuestra posición y así se espera en vano una solución exterior. A quien le sucede eso puede saber que precisa abrirse, pero no sabe como y quizá tema hacerlo. Pues bien, la única manera que la vida aporte cosas “nuevas” es dejando salir las antiguas y como no nos es posible cambiar nuestras emociones a voluntad es útil utilizar un punto reflejo y el más fácil de usar siempre es el tema físico.


Así si quien vive esa situación y desea cambios es muy útil que proceda a hacer cambios físicos en su vida y luego vendrán en otros palnos. Cambiarse el aspecto, la decoración del hogar y sobre todo el tirar lo usado nos permite dejar “espacio” para que entre algo nuevo y como todas las partes están relacionadas con las otras y se influyen entre sí (recuerde lo de la reflexoterapía) eso es un paso para que nos afecte a otro nivel, el emotivo por ejemplo.


La cábala señala la importancia de “tirar lo viejo” para permanecer jóvenes, para permitir que lo nuevo entre en nosotros. Guardando no se cambia, ni a nivel físico ni a ningún otro. Si queremos estar abiertos hay que hacer espacio, hay que tirar físicamente para que luego ese efecto repercuta en otras facetas.


La famosa ley de atracción de la cual se hablará el próximo mes, es aplicable en las relaciones de nuestra personalidad. Si quiero desprenderme de emociones enquistadas del pasado que sólo me acarrean dolor el ejercicio de vaciar el armario de la ropa vieja es estupendo.


Por supuesto que las fuerzas regresoras e inmovilistas intentarán que todo quede como está e intentarán decir que no es el momento pues hay crisis e intentarán poner motivos económicos para no actuar. Pero precisamente el padre y la madre de la crisis es el miedo, si todos dejásemos de temer, de usar ideas del tipo “no es el momento...” y nos liberáremos para vivir, la crisis desaparecería. Y por el contrario cuanto más tema a algo, en este caso a la falta de dinero, mas atrae precisamente a eso que teme, es decir a la pobreza. La ley de atracción no distingue eso de bueno/malo pues son conceptos que no existen, funciona sobre aquello en los que nos centramos.


Análogamente al ejemplo puesto sobre la importancia del tirar cosas, de desprenderse materialmente para que ello lleve a desprendimientos emotivos, tenemos que si lo que queremos es tener, incluyendo aquí conceptos materiales, cuanto más seamos capaces de dar en otro plano más tendremos. No lo digo como inversión pero cuando más se da, más se tiene. Y a este nivel hay que diferenciar riqueza de prosperidad. Riqueza es tener muchos bienes, prosperidad es tener los bienes que nos hacen falta (que en el fondo no son tantos) tener tiempo para disfrutarlos y seres queridos con quien compartirlos. De manera que para ser prósperos la solución es no ser tacaño.


La vida no da nada si usted no da nada a la vida, es decir a los demás. Y bajo el término dar no me refiero ahora a dar dinero, o comprar cosas a los demás. El entregar el tiempo a otro, el detalle de algo realizado personalmente para un ser que lo precisa, o hasta el pensar en el prójimo son entregas que se multiplican en bien propio.


Hay un momento en la oración de San Francisco que dice:


“porque dando se recibe”
Puede que no me crea a mi, pero esas son palabras de un santo ;-)


Saber soltar lo antiguo para vivir el presente, entregar a los demás para recibir de la vida, son dos puntos de interrelación entre nuestro cuerpo material, energético, emocional y mental (vea el punto que es el hombre si quiere más información sobre estos cuerpos)


Pero hay otra característica de los hologramas en lo que somos similares. Cada holograma, una vez hecho, es único. El holograma no se puede falsificar, de ahí que aparezca holografiado una parte del papel de los billetes de euro. Pues bien, los seres humanos también somos únicos y eso no hay que olvidarse nunca. No hay patrón a quien seguir, ni molde a quien acoplarnos. La individualidad procede de nuestro auténtico ser y cuanto más claro tengamos eso más tranquilos viviremos. Gran parte de nuestros problemas y desengaños provienen por compararnos con otro entorno, por intentar agradar a los demás en función de lo que dicen es correcto y en definitiva se ser lo que se nos impone en lugar de lo que uno realmente quiere ser o tener. Cuanto más se compara uno menos se acepta y así es imposible estar bien.


Nos empeñamos continuamente en competir, en luchar, en compararnos, cuando lo único importante es compararse con el que fui ayer para ver si hoy soy mejor. Fuera de esa competción con nosotros mismos nada tiene sentido y es origen de continuas fustraciones. Hay un dicho hindú que dice "ser mejor que otro no tiene ningún mérito, lo que realmente lo tiene es ser capaz de ser mejor de quien fui ayer.


Usted es único, en consecuencia ni mejor ni peor que nadie, sólo diferente.


Además hay una última similitud entre nosotros y el holograma. Un holograma de calidad (para poderlo apreciar con nuestra vista), parece que flote en el aire, casi podemos tocarlo pero si lo hacemos notamos la extraña sensación de estar tocando aire. El holograma se dice es una realidad falsa.
El niño de la imagen de arriba parece está tocando algo pero es sólo aire, es una proyección tridimensional.


¿Es real nuestra vida? ¿o acaso como dicen los hindús todo es “maya” , ilusión? Sea lo que sea nuestra vida es demasiado importante para no lograr la prosperidad antes citada, para no sentirnos únicos en el universo y para no disfrutar del tiempo que pasamos por aquí.


Que la Fuerza le acompañe,




Juan Pedro


freefree