¿Qué tipos de energía están presentes en nuestro entorno? ¿Cuáles actúan de forma natural en el ser humano? ¿Cómo nos influyen este tipo de energías? ¿Qué hacer para que nos ayuden o para que no nos afecten?
Es evidente la existencia de una relación entre el tipo de energías que utiliza el hombre y el ambiente. Las fuentes de energía empleadas han cambiado a lo largo de los tiempos. Desde los tiempos en que se quemaba leña a nuestros tiempos en que se quema petróleo y gas para producir electricidad el ambiente ha cambiado radicalmente, produciéndose lo que se conoce como efecto invernadero y el cambio climático.
Análogamente el cuerpo humano tiene y genera su propia energía conducidos a través de los centros energéticos del cuerpo humano, los chakras, de cuyo estado depende el equilibrio físico, mental y emocional del ser humano. Y lo fundamental para nuestro bienestar es lograr el equilibrio.
Pero ¿qué es la energía?
Entenderemos por energía aquello que mueve la materia. Y la materia es lo que vemos, Pero esa materia precisa de la energía que está detrás de ella para manifestarse
y ello es aplicable a la vida. Es decir, detrás de todo, de toda materia manifestada, existe una energía, o dicho en otras palabras, la vida se manifiesta por mediación de la energía.
A nosotros los humanos, nos influyen diferentes tipos de energía. Por ejemplo es evidente que el clima nos afecta en nuestro caracter y no es lo mismo la mentalidad de un hombre de Escandinavia que uno de México y de la misma manera nos afectan otras energías como la electromagnética, la solar, lunar etc. Pero hay más.
Cuando entramos en una ciudad nueva, o cuando la dejamos para ir al campo, por ejemplo, nos sentimos diferentes, y hasta llegamos a actuar diferente. Eso es debido a que los centros donde se acumulan las personas se crea una energía peculiar, que si bien es la suma de las personas que la forman, incluye tambien toda energía física (solar, geomagnética etc), mas la energía que con los sentimientos y pensamientos estamos emitiendo los seres vivos a la atmosfera. Es decir la energía del lugar es más que la suma de las partes que lo componen.
Se ha mencionado el caso de la energía de una ciudad, basta con que piense en ello, en una ciudad en concreto, en DF en Mexico, en Buenos Aires o Madrid, para que se sienta de una manera concreta durante algunos segundos. Y si piensa ahora en el campo, en la montaña, su sensación será muy distinta. En el monte existe la energía peculiar generada por los árboles, los animales, el aire que circula por las montañas, etc. Y eso es usted capaz de sentir con solo pensar en ello.
La energía de un lugar interfiere así con la nuestra y ello hace que por un momento tengamos nuevos pensamientos, sensaciones, sentimientos, etc.
Usted, todos, podemos sentir las energías de cada lugar, pero para ello hay que aparcar la mente, Cuanto más racional es una persona, menor es su capacidad de percibir las energías de los lugares.
Es algo parecido a lo que sucedió cuando se le preguntó al músico Ludwig van Beethoven (1770 -1827) que había querido decir cuando compuso su famosa quinta sinfonía a lo que el músico respondió:
- Si pudiera decir en palabras lo que quiero expresar con la quinta Sinfonía no la hubiera escrito –
-
En resumen, para sentir …, aparque a la mente. Pues la mente es el controlador que nos confiere la identidad del ego pero nosotros no somos el ego, sino la totalidad de la vida.
Conclusión: cada lugar tiene su propia energía, que interfiere con la suya, con su ser.
La pregunta entonces a responder es ¿cómo podemos hacer para que la energía de cada lugar, de cada situación, nos influya positivamente?
En realidad primero hay que afirmar que no hay energías buenas o malas, hay energías que nos facilitarán las cosas y otras que no.
Cuando notamos que una energía no nos es favorable, nos hemos de proteger. En realidad cuando el cuerpo de manera inconsciente se cierra, esto es se cruza de brazos o de piernas en alguna circunstancia ya está mostrando una protección a aquello que le puede dañar. Aparte de otros métodos, lo fundamental es darse cuenta de esa energía. En realidad con la percepción de esa energía nuestro ser ya pone en marcha mecanismos de protección. Primer punto: sea consicente.
Pero no se trata solo de protegernos, no se puede ir por la vida acobardados, hemos de aportar cosas positivas que equilibren aquello que nos puede dañar.
Cuando el cuerpo siente una energía que le puede ser perjudicial tiene la tendencia a tener frio y a encogerse. Evidentemente lo aconsejable es dejar el lugar, o la compañía, pero no siempre se puede. Entonces lo que es fundamental es la respiración consciente. Hemos de aprender a respirar pues la respiración es vida y protege a la vida. Y el respirar bien no supone nada complejo, ni necesariamente una técnica profunda, sino basta con darse cuenta que se respira, de como se hace y de marcar tiempos e intensidad. Si esto parece complejo lo he expresado mal, basta con que se de cuenta que inhala y expira profunda y ritmicamente. Darse cuenta, siempre lo mismo, darse cuenta.
Todo energía es modulada en nuestro cuerpo por los chakras de los cuales ya se ha hablado en el artículo de referencia. De esta manera un tipo particular de energía afectará al órgano con el que esté relacionado el chakra.
Es decir por la energía llegamos a la materia del cuerpo. Todo está relacionado y así materia y energía forman una unidad.
En realidad eso demuestra la ciencia con la formula Einsteniana de E = mc2 (Energía es igual a masa por velocidad de la luz al cuadrado) que demuestra la relación entre masa, o materia, y energía.
Volvamos a nuestra realidad humana. Nuestro cuerpo, lo identificamos con la materia y en consecuencia como lo que hay detrás de esta para que pueda manifestarse es la energía, es vital reconocer qué tipo de energía es, como nos afecta y si es favorable a lo que queremos o no. Y para ello no hay normas absolutas, no hay bueno / malo, depende de lo que quiera. Si usted quiere ganar dinero ir a la bolsa de Wall Street a especular es el lugar ideal por las energías que ahí se mueven, pero si quiere meditar sobre la transcdendencia, retirarse al Tibet es un lugar idóneo. Lo que es "malo" es pretender meditar en Wall Street o prtender ganar dinero en el Tibet.
Cada sitio, cada lugar, cada compañía tienen su propia energía que nos va a influir si no somos consciente de ella. La gracia está en ser capaces de tomar consciencia de ellas. Pongamos un ejemplo.
Usted va a ver un partido de futbol. Es un lugar donde las emociones son fuertes y se desarrolla un profundo espíritu competitivo. Cuanto más vaya, cuando mas se deje influenciar por el entorno, por esa energía, mas competitivo será usted, mas odiará al rival, más deseará la “destrucción” del otro, del rival, pues al fin y al cabo en la moderna competición lo importante es vencer, de la manera que sea, y para ello el otro debe de perder.
Si su objetivo es vivir en paz, esa energía no le es favorable.
¿Queremos decir con ello que no hay que ver futbol? No, porque el deporte no es malo para un hombre de paz si es capaz de ver lo bonito del mismo por encima de la vitoria del rival. Es decir ver el partido como espectáculo con independencia de cual sea el resultado y de quien gane. Pero claro, eso no es muy normal en los estadios.
Hay un tipo de energía que se emite continuamente y no es para nada favorable en caso que usted quiera ser humano de Paz. Nos estamos refiriendo a las películas y series violentas. Si conecta usted ahora la televisión,sea la hora que sea y el pais que sea, en algún canal le ofrecerán una película de muerte, violencia y venganzas. Está tan extendido que eso ya no llama la atención. Pero claro, el desarrollo de la violencia en los medios llevará a la violencia en el mundo, en la civilización. Periódicamente las noticias nos informan de tiroteos, que normalmente se dan en EEUU,indiscriminados como el de la Universidad de Ohio, que es donde mas series y películas violentas se realizan. La energía que trae la violencia, aunque sea mediante la ficción, acabará provocando violencia en la materia, en el mundo nuestro.
Y bueno, si se ha hablado de energías que nos perjudican, también debemos buscar aquellos lugares donde las mismas favorecen nuestros propósitos. Es fácil darnos cuenta de aquellos lugares donde nos sentimos bien. Para algunos será en la montaña, bajo un castaño o un haya, para otros el sol de la playa, y para otros en un templo. No importa cual sea, no hay normas, la vida no es algebra. Pero debemos de definir nuestros lugares de “poder” y ser fieles a ellos. Eso es una decisión personal, pero cultivando los lugares afines energéticamente a nosotros, crecemos. Identifique su "lugar sagrado" donde la energía del entorno esté alineada con la energía de su ser. Y acuda a ese lugar cada vez precise ordenarse, decidir algo, centrarse, crecer, meditar, etc.
Ahora el trabajo para el lector es ¿Cuál es su "lugar de poder" en donde se llena de energía afín? ¿Cuánto tiempo hace que no lo visita? Busque donde encuentra la Paz interior y ahí tendrá su lugar de poder donde la energía del lugar es afín con la suya.
Todos tenemos, o deberíamos tener, nuestro lugar especial.
Ideas extraidas de entrevista a Rafael Caro Ponte