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CAUSAS Y SOLUCION AL SUFRIMIENTO


Parece que estemos donde estemos el sufrimiento es una constante de la vida, en todos los lugares, en todos los tiempos, en todas las personas, el sufrimiento está presente.


En realidad el objeto último de las religiones y filosofías es el de crear un marco para evitar a este, y para ello debemos analizar sus causas, para luego poner los remedios. Y esto que se va a expresar, no es algo nuevo, tiene miles de años, pero los humanos parece no queremos enterarnos. En realidad, en los yoga sutra de patanjali, hace más de 2500 años, ya se explican claramente las causas del sufrimiento y se llega a decir que el fin del yoga es, precisamente, evitar el sufrimiento.


Vamos a definir primero las causas, que son cinco:


Causa 1ª-) La primera causa, en realidad la causa que genera todo el sufrimiento y de la que son consecuencia las otras causas es el olvido de lo que eres


En el hombre, todas las creencias afirman, hay una parte espiritual y una parte material. El cuerpo y Alma en términos cristianos. Hay una parte divina en cada uno de nosotros y una parte que juega un papel en esta existencia a través del vehículo de la materia.


¿Quién soy? De este punto ya se ha hablado extensamente en el artículo sobre ego y es crucial se entienda (ahí se expone en profundidad). Pero si a usted le preguntan quien es, lo que hará será definirse. Es posible responda “soy médico, 35 años, padre de familia de nacionalidad …” pero todo eso son roles, papeles de vida que está jugando, usted no es su cuerpo su actividad, su físico, su economía … todo eso son máscaras, usted es quien está detrás de esa máscara, y eso que ES no podemos darle un nombre inequívoco, una descripción, pues todo nombre es parte de la mente y usted es mucho más que su mente. Pero a efectos prácticos para no perdernos, vamos a llamar su PARTE DIVINA


Usted, yo y todos, tenemos una parte divina, eso es lo que somos. Y en este mundo, esa parte divina, toma un cuerpo con el que juega a ser actor. La “Divinidad” que hay en usted va a representar en la tierra el papel de medico, padre, rico, pobre, incluso asesino, pero sea lo que sea usted NO es un médico, aunque practique la medicina, un asesino, aunque mate a seres, usted es algo mucho grande, usted es reflejo de una Divinidad, porque si Dios es la totalidad nada puede quedar ajeno a Él.


Que quede claro, no confundamos el actor con el papel que en esta tierra representa.


El problema es que esta aceptación de su parte divina, este reconocimiento de ser un “actor” que en esta tierra está ejercitando un papel, el ser humano la ha olvidado y confunde el SER con el personaje que representa. Dicen que Groucho Marx que en sus películas actuaba siempre con sentido del humor irónico y profundo, al final en su vida privada se comportaba igual, es decir su personaje se impuso al actor. Algo parecido nos pasa a nosotros.


Emilio Carrillo utiliza el símil que el hombre es el conductor y el coche su vehículo material con el que se expresa en la tierra. El coche, es decir la materia (con el cuerpo mental y emocional que le acompaña) , tiene fecha de caducidad, pero el conductor, es eterno.


En resumen: hemos olvidado nuestra autentica naturaleza divina. Y esa es la primera y fundamental causa de sufrimiento


Causa 2ª-) La segunda causa es el resultado directo de la primera. Como te has olvidado de lo que eres (Ser divino) te identificas con lo que no eres (ser material – mental – emocional) Es decir es como cuando el actor de cine se cree tanto su papel que en su vida actúa como lo que representa. En palabras d Emilio Carrillo “te has olivado que eres el conductor y te crees eres el coche, y vives como si fueras el coche”.


Es decir te identificas con lo que NO eres, pero ese personaje, ese “pequeño yo”, ese coche, es efímero. Morirá, acabará. Y eso condiciona la vida y alimenta el sufrimiento generando las otras causas.


Al no identificarnos con lo que somos, nos identificamos con lo que NO somos


Causa 3ª-) Esta tercera causa es que vimos pendiente de lo que a ese “pequeño yo”, a ese personaje que interpretamos, a ese coche, le gusta. El yoga Sutra mencionado llama a este punto las “atracciones”. Al “pequeño yo” le gustan ciertas cosas y nos pasamos la vida intentando lograr lo que al “pequeño yo” le gusta, le atrae, le apetece. De esta manera somos esclavos de las atracciones del “pequeño yo” . Pero ojo, no se olvide, usted NO es ese “pequeño yo”, usted es el SER que está detrás. De manera que atender a la mascara, al pequeño yo, es un engaño pues no se atiende al SER que es.


Vivir, como vivimos intentando satisfacer las atracciones del “pequeño yo” genera sufrimiento, genera stress para empezar, pero es que además ese “pequeño yo” busca tantas atracciones, y son estas tan temporales y efímeras, que la carrera no tiene fin, y por ello se sufre.


4º-) La cuarta causa está ligada, como ha sucedido con las anteriores, con la que le precede. Se trata ahora del fenómeno contrario, es decir aquello que al “pequeño yo” no le gusta, lo que los yoga Sutra llaman las “repulsiones”. Es evidente que a ese “pequeño yo” de la misma forma que hay cosas que le gustan, hay cosas que no le gustan. De manera que nos pasamos la vida además de buscando lo que nos gusta, intentando evitar aquello que no nos gusta. Y el problema aquí es que en la vida ¡son muchas las veces en que se viven situaciones que al “pequeño yo” no le gustan! Pues en la realidad física-mental-emocional todo, todo es temporal y todo lo que sube, baja.


Eso hace sufrir, vivir lo que no nos gusta, lo que nos repele


5º-) Y por último, como consecuencia directa de todo lo dicho viene la última causa del sufrimiento, el apego a la vida material . Eso es un gran sufrimiento. Como uno se identifica con el “pequeño yo”, con el personaje que está representando, este algún día acabará su papel, es decir, algún día morirá. Y eso al “pequeño yo” le causa pavor. Es el miedo a la muerte. Si uno sabe quién es, es decir supera el punto primero y se da cuenta de su divinidad inherente entonces no se teme a la muerte, pues se sabe es un “algo” eterno por encima del tiempo, que siempre ha sido y siempre será.


El papel en la obra de teatro de la vida se acaba sí, pero el actor sabe que tendrá otra obra en otro lugar a representar. Aunque claro para ello el actor debe tener claro que él es diferente al personaje que representa en la comedia de la vida.


Pero el “pequeño yo” ve, sabe, que todo tiene un fin y sufre muchísimo por el miedo a la muerte, tanto la suya propia como la de sus seres queridos.


Pero hay otro sufrimiento asociado a ello: el miedo a la muerte genera miedo a la vida.


Hasta aquí las causas. Espero hayan quedado claras, pero bueno lo que queremos es encontrar la solución. Evidentemente como todo proviene de la causa primera de habernos olvidado de quienes somos se trata ahora de recordarlo, es decir de no vivir desde nuestro “pequeño yo” sino desde una perspectiva superior de lo que somos.


Ahora bien ¿cómo logramos eso? Es típico de la mente buscar, un cómo, un manual de instrucciones que nos diga la manera de proceder ¿Hay que ponerse post-it en la mesa que nos lo recuerde? ¿Ponemos un imán en la nevera? ¿Hacemos sonar alarmas en el móvil para que nos recuerde quien somos?


Pues no, porque en realidad toda estrategia mental es producto de nuestro yo mental, que no es más que una parte de nuestro “pequeño yo” y desde la esfera inferior no se puede llegar a la superior. Es decir desde el “pequeño yo” no puedo llegar al auténtico YO Divino. Y cuidado, porque la base de muchas las creencias es creer que desde la mente se puede llegar a Dios, y no es así. Dios no es una creencia, Dios es una experiencia.


¿Qué hacer entonces?


Pues actuar desde la vía del “no – hacer” que define el Tao, o dicho en otras palabras no hacer directamente. Para dar un nombre de referencia a ello, para no perdernos, diremos que se trata de “tomar consciencia” Y por tomar consciencia queremos decir “darnos cuenta” (esta expresión tiene menos glamour que la de tomar conciencia que se utiliza mucho en espiritualidad, pero me parece es mas clara) de cuando nuestra vida es regida por el “pequeño yo”. Entonces, al darnos cuenta de ello, frenamos y actuamos diferente. Me explico.


Cuando uno practica la meditación los pensamientos aparecen. Cada vez que nos damos cuenta que un pensamiento ha aparecido (y lo hace cientos de veces durante una meditación) hay que dejarlo ir. NO hemos “perdido” cuando aparece un pensamiento, hemos “ganado” cuando nos hemos dado cuenta que ha aparecido, y somos capaces de abandonarlo y volver por unos pocos segundos a poner la mente en blanco


Ahora es algo parecido, hay que detectar cuando actúa el “pequeño yo” para frenarlo Pero claro, como toda su vida ha actuado el “pequeño yo” no va a lograr parar su actuar en un momento, requiere esfuerzo.


Pero vamos a dar pistas claras


Cada vez que en su vida piensa en el pasado o en el futuro, y es algo que hacemos continuamente, estamos actuando desde el “pequeño yo” y estamos por consiguiente sembrando las semillas para sufrir.


Cuando juzga, esta actuando desde el pequeño yo pues el juzgar se refiere a una base de hechos o pensamientos pasados. Cuando se preocupa e intenta controlar la vida, está actuando desde el “pequeño yo” pues la preocupación es centrarse en un momento futuro, algo que no ha llegado y que nos causa inquietud


Cuando tenemos miedo, estamos actuando desde nuestro “pequeño yo” pues el “pequeño yo” sabe es efímero por eso teme dejar de existir. El Yo verdadero, el Ser divino, sabe que es eterno y en consecuencia no teme, vive la vida y acepta los acontecimientos. Si llueve para el “pequeño yo” puede ser terrible y si sale el sol está contento, pero para el Yo verdadero tanto si llueve como si no llueve, está bien.


El Iluminado, el Santo, el místico son aquellos seres que viven desde el ser, no desde el pequeño yo y por ello no sufren. No es que su vida sea sin dificultades, sino que las dificultades no pueden causarles sufrimiento. En el libro del Tao de dice que “al sabio (palabra con la que describe al iluminado) el tigre no tiene donde clavarle sus uñas”


En resumen, dese cuenta cuando afronta la vida desde el “pequeño yo” para resituarse. En eso consiste el tomar consciencia del ser que nos hablan muchas corrientes espirituales.


Pero ¿Hay algún termómetro para ver como estamos actuando?


Pues sí lo hay. Y ese termómetro es la Felicidad. ¿Sufres? Entonces vives desde el pequeño yo. Pero la idea de felicidad es el resultado, no la causa de vivir desde el Yo verdadero. No se puede decir seré feliz cuando no tenga problemas económicos y podré entonces centrarme en vivir desde el yo verdadero, sino que quien vive desde el Yo verdadero no sufre por la economía y en consecuencia es feliz.


Como no puede decirse más claro uso el copiar y pegar de un libro que puede obtenerse en esta web (clicando sobre el enlace) de Anthony de Mello . Para este genial autor estar dormido vendría a ser el no darse cuenta de tu ser divino y vivir desde el “pequeño yo”. Así nos dice:


Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a caer.


La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que te permites ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque sólo el presente es vivo si tú estás despierto en él.


Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivenciar el presente. Para saber esto hay un criterio: ¿Tú sufres? Es que estás dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te dediques a salvar a las personas. "El ciego que guía a otro ciego" quiere decir que los dos están dormidos. Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe.


Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufrimiento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño; y si estás dormido, verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.


Calderón dice: "Todo es según el color del cristal con que se mira." Si estás dormido no serás capaz de ver más que cosas dormidas, y no te darás cuenta hasta que despiertes. Pasará la vida por ti sin que tú la vivas. Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas. A ver si eres capaz de comprender que el sufrimiento no está en la realidad, sino en ti. Por eso, en todas las religiones, se ha predicado que hay que morir al yo para volver a nacer. Éste es el verdadero bautismo que hace surgir al hombre nuevo. La realidad no hace problemas, los problemas nacen de la mente cuando estás dormido. Tú pones los problemas.


Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, no como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Despierta ¿Se puede decir que en estos últimos días no te has sentido como un hombre libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones? ¿No te has sentido así? Pues estás dormido. ¿Qué ocurre cuando estás despierto? No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.


Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos: "¿Qué te ha proporcionado la iluminación?" Y contestó: "Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión."


Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro. Lo insoportable es querer distorsionar la realidad, que es inamovible. Eso sí que es insoportable. Es una lucha inútil como es inútil su resultado: el sufrimiento. No se puede luchar por lo que no existe.


No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando un sufrimiento que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él, el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad... Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida. Cuando despertemos, se acabó.


Ya no se puede decir más claro creo yo. Si eres feliz,no euforico por acontecmientos que te gustan, sino en plenitud de la vida es que estás despierto, vives tú ser superior, si sufres vives desde tu “pequeño ego”.


Solo nos queda entonces ahora,..... vivir la vida desde una perspectiva más elevada, desde lo que somos, parte de la divinidad.



Juan Pedro

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