elemento

Qué indica el dolor de cabeza


Si hay una enfermedad propia de nuestra época es el dolor de cabeza. Se calcula que el 20 % de la población sana de los que se consideran países avanzados, lo sufren. Por ello es importante saber qué nos quiere decir esta dolencia.


La forma más normal del dolor Standard de cabeza (hay otros tipos) consiste en una opresión que se prolonga durante días o incluso semanas. Ello es debido a un exceso en la presión de los vasos sanguíneos. Este tipo de dolor se da en las circunstancias en que estamos sometidos a presiones o cuando una crisis está a punto de desbocarnos. Cuando más ambicioso, perfeccionista y más se intente imponer la voluntad sobre otros, sea la persona más frecuente es esta dolencia. Ello nos dice ya algo de cómo evitarla, pero sigamos adelante.


Quien es demasiado cerebral pierde contacto con el otro polo, con su otra parte, que confirma todo cuanto existe. El ser humano actual ha desarrollado mucho la parte mental, es decir la cabeza, pero ello le lleva a descuidar su otra parte: el corazón. De esta manera el cuerpo es dirigido de manera incompleta, ya que sí por la cabeza entendemos la mente superior, olvidarnos del resto de lo que somos supone perder de vista todo lo inferior del cuerpo. Entonces nos quedamos sin raíces en donde anclarnos y somos como un gran árbol, de enorme copa, pero sin raíces profundas que lo sostengan, de manera que cuando sople algún viento fuerte, todo se vendrá abajo.


La cabeza es un órgano que rápidamente reacciona. Cuando algo va mal “denuncia” la situación mediante el dolor. Todos aquellos momentos en los que nos rompemos la cabeza pensando en cosas que no han sucedido o que no podemos controlar, es decir cuando nuestro trabajo mental es estéril, la cabeza reacciona produciendo dolor. Y es que en realidad a los humanos nos gusta asegurarnos de todo, pero en realidad no podemos asegurar nada. La seguridad en la vida, en el mundo, no existe y aprender eso es muy importante.


El dolor de cabeza nos sirve para desconectar de eso inútil que estamos pensando y que nos aumenta la presión de los vasos sanguíneos. El dolor es aquí claramente una tregua: “ahora no, que me duele la cabeza” decimos como justificación para no pensar o hacer nada. De manera que el dolor nos ayuda a relajarnos, ya que los hombres somos de una manera que si no es así no queremos renunciar a pensar en cosas que escapan a nuestro control.


De manera que si queremos evitar sufrir dolores de cabeza es preciso preguntarse: ¿qué es en lo que “me como el tarro”?

¿qué es en lo que me caliento la cabeza?


Migraña o jaqueca


La migraña es un fuerte dolor de cabeza. No vamos a entrar en definiciones médicas pero quien ha estado con una persona que la sufre sabrá del dolor intenso, las ganas de apartarse de todo, incluso de la luz, y la depresión e irritabilidad que acompañan a ese estado.


Mientras que en el dolor explicado anteriormente lo que sucede es que la persona aísla la cabeza del resto del cuerpo, es decir solo considera uno de los dos polos, en el tema de la migraña lo que sucede es que uno de los “problemas” de estos polos es llevado a la cabeza. Es decir: quien sufre migraña traslada un tema corporal a la cabeza.


Y este tema es la sexualidad.

La migraña es así la sexualidad desplazada a la cabeza.


Una persona con jaqueca (generalmente son mujeres) muestra problemas con la sexualidad. El asunto funciona de la siguiente manera. El tema sexual es de los más tabú que hay y en consecuencia nadie o pocos son los capaces de reconocer un problema de esta índole. Y hay que decir que tan problema es ir alardeando de no tener prejuicios en todo lo sexual como decir que el sexo no importa a uno. Los extremos siempre se tocan.


La mente de la persona puede engañar a los otros y hasta engañarse a si misma, pero al cuerpo, no. De manera que ese problema llega a “subir” a la cabeza para que nos demos cuenta de su existencia.


Debido a que los tabús sexuales son mas fuertes entre las mujeres que en los hombres, (por ejemplo no tiene la misma connotación social una puta que un gigoló, o una mujer que va con muchos hombres, que un don Juan) estas lo sufren más.


La solución entonces no está simplemente en practicar más sexo, (es curioso que la excusa del “me duele la cabeza” es la más utilizada para no tener relaciones sexuales) sino en darse cuenta que el ser humano es un todo compuesto de la parte superior, cabeza, y la parte inferior, cuerpo. Conducirnos con el primero sin contar con el segundo, o viceversa, es tan nefasto como acelerar un coche y tener el freno de mano puesto.


freefree